miércoles, 28 de mayo de 2008

HUMOS DEL VECINO

Primero fue “Granizo Mortal”. Luego vinieron: “Los Mosquitos Asesinos”. Y cuando parecía que los títulos de las películas clase “B” se habían agotado, llegó: “Humo Sangriento”. Pero ojalá fueran sólo eso, malas películas de terror. Lo cierto es que viviendo en la tierra donde la ficción siempre es realidad, nos encontramos con que nada, y todo, es lo que parece. Aparentemente, los hechos se originaron en el Delta con una simple y rutinaria quema de pastizales para mejorar las futuras cosechas de soja. Y si bien es difícil aventurar que pasará con las sojas por venir, lo que resultó un éxito rotundo fue la cosecha de humo. Por días y días Buenos Aires se vio acorralada por una gigantesca nube, sino radioactiva, infernal. Infernal por su olor pestilente, e infernal por la cantidad de accidentes que provocó. Numerosos conductores perdieron la vida al salir por las mañanas a la ruta y encontrarse con una nube blanca y dantesca que les impedía ver más allá de sus parabrisas. Los porteños primero tomaron con cierta simpatía ese nuevo aire londinense que cubría la ciudad, pero no tardaron en descubrir que eso que venía del Delta, tenía tan poco de Londres como de aire. Así que miles de conciudadanos decidieron emular a Michael Jackson y los barbijos se pusieron de moda en la pasarela porteña. Algún desprevenido que paseara por el centro en aquellos neblinados días, podría haber creído, y no sin razón, que se encontraba en medio de una nueva guerra bacteriológica. El gobierno le echó la culpa al campo. Y el campo le echó la culpa al gobierno de echarle la culpa. Porque claro, sólo aquí, y dónde más, esta batalla de los humos podía acontecer en medio de un conflicto entre el campo y el gobierno, que había conseguido que hasta las vacas se pusieran de paro. Hubo numerosas teorías: que si los porteños golpeaban cacerolas para protestar, los del campo no podían ser menos y lo hacían con el humo de los asaditos, que el humo no era más que un efecto especial creado por Steven Spielberg, que fue contratado por los poderosos hacendados que andan en 4 x 4 para desestabilizar al gobierno de Kristina, y hasta se llegó a afirmar que el humo provenía de las bombas Molotov que los guerrilleros uruguayos de Botnia arrojaron como preanuncio de una invasión oriental a gran escala. Como se decía al comienzo, aquí, todo, y nada, pueden ser ciertos. Pero me quedo con los títulos de las películas clase “B”. “B” de Buenos Aires. Y sobre todo, “B” de Boludos.


BA, abril de 2008

1 comentario:

CHAPU ::: www.eleva.com.ar ::: dijo...

No comento sobre la nota sino sobre las películas que no te cansas de ver. Me parecieron todas previsibles pero me detengo en: EL TAMBOR (no la vi, ni sabía que existía... soy ignorante?) y PARIS TEXAS (no sabia que te gustaba tanto !!! coincido... peliculón!!!)

FELICITACIONES POR EL BLOGG